Ayer cuando fuimos a recoger al nene precioso a la escuelita infantil los niños estaban jugando en el patio con unas pelotas y esperando a que llegaramos a buscarles.
Hasta ahí todo bien, entro a recogerle y hace un puchero con el labio inferior, no le doy mucha importancia y le digo que si quiere la pelota que la coja, (no hay tantas pelotas como niños, pero hay un par en el suelo, dando tres pasos), quiere que le coja de la mano y vayamos juntos, lo hacemos y al ir a cogerla, un niño se le ha adelantado, le decimos que si nos la presta un momento y el niño de buen grado quiere dejárnosla y en ese momento viene otro niño como salido de la nada y por detrás a traición y le arrea un empujón, que nos deja pasmados al nene precioso y a mí...
Yo, conciliadora, le digo al nene precioso que le diga que NO le gusta que le empujen (técnica que le he visto usar a su profesora y que los niños como al que se lo decíamos, se pasan por el forro), aún así la usamos y ahí quedó la cosa, con el nene precioso un poco mosca...
Empezamos a enfilar hacia la puerta para decirle adios a la seño y viene otra vez el niño poseído y le arrea otro empujón por detrás al nene precioso que consigue que se eche a llorar...(este niño es muy rápido y traicionero, siempre por detrás)
Visto lo visto, cojo al nene precioso en brazos y le digo al niño "maldito" agresor que no haga eso, que al nene precioso no le gusta y que me voy a enfadar (en buen tono, entiéndase) y el niño se lo sigue pasando por el forro... no le afecta lo más mínimo.
Nos vamos, la seño ve llorando al nene precioso en mis brazos y se piensa que está tontorrón, no ha visto nada de lo que ha pasado, y dice: Nene precioso, no llores, que somos mayores!
Ahí ya, me dió pie para introducir el tema, yo, muy finamente, pues entiendo que eso puede ser "normal" entre los pequeños...(aquí pongo normal, aunque no me gusta un pelo) le pregunto si normalmente Fulanito (el niño maldito) suele empujar al nene precioso, y ella me dice con cara de sorpresa, que no.
Me lo creí, y le dije que le había empujado dos veces en un minuto, por eso preguntaba.
Ella le dijo al nene precioso que le iban a decir a Fulanito que No le gusta que le empujen y le buscó con la mirada, pero el niño maldito agresor había puesto pies en Polvorosa... (Lo prefiero así, porque yo no quería que hicieran lo que proponía la profesora "a toro pasado", ya que ese niño, pasa de todo..., ahora contaré como es, de ahí el título de este post.)
Así que no le di más importancia y como el nene precioso decía "sha coío" (se ha escondido), lo cual nos vino bien, nos fuimos.
Creo que lo que sucedió fue esporádico, porque el nene precioso estaba como sorprendido, que no se lo esperaba y precisamente puede ser que porque no le había pasado anteriormente se quedó impactado porque solo iba repitiendo:
Pusshhaa, Aamé, pusshhaa Aamé!! - No guta! (Aamé es el nombre del niño)
Me dejó el alma un poquito encogida con la frase, porque era con una vocecilla...
Le decíamos por el camino que la próxima vez que lo hiciera (espero que no, sinceramente) le tenía que decir que no se empuja y que no le gusta...
Y además intentando cambiarle de tema, para que se le olvidara, porque lo repetía y lo repetía...
Pero luego llegando a casa (seguía repitiéndola) y ya fue con un jaja... como diciendo, No pasa nada...(un jaja, de resignación, de es normal, como cuando de pequeños en el cole nos sentíamos agredidos por algo, pero no querías que se notara que estabas herido en lo más profundo de tu corazón y no, a tí, no te pasaba nada) Ahí ya no me hizo ni pizca de gracia.
El pobre no sabía qué hacer, cómo gestionar el tema. Y la verdad no quiero que desde tan pequeño tenga la necesidad de verse en esas situaciones...
Asi es que el resto de la tarde venía como mimosón, y nosotros le achuchabamos cada 2x3, se le veía necesitado de cariñitos, y por supuesto, nosotros dándole todos y más. Para que se sintiera arropado al máximo. Creo que es lo que hay que hacer, que se sienta seguro y protegido. Y no darle importancia al tema delante del nene precioso.
Ahora entiendo por qué se comportó y comporta el niño maldito como lo hace, relato:
Es un niño que tiene un hermano gemelo en otra clase, y les van a recoger normalmente los abuelos a las 17'00, a veces va la madre. (El horario de salida es a las 15'30, es decir, están desde las 9 de la mañana hasta las 17 horas) Nosotros recogemos al nene precioso a las 15'30.
Es un niño apocado, al que ves y parece que está "empanado".
El comportamiento de la madre con ellos es muy dominante (la he visto tratarlos y no me gusta un pelo)
Por lo que he visto, es la típica madre que va corriendo a todas partes, que no tiene tiempo de nada, que va estresada y me da la sensación de que no suele escuchar las necesidades afectivas de los niños, es la que cree que con tenerlos atendidos en lo físico, lo emocional ahora no hace mucha falta, porque todavía son pequeños, no saben lo que quieren y además no nos tienen que tomar el pelo, que nosotros somos los que mandamos... Sin comentarios...
Justamente ahora se están formando pequeñas personitas que necesitan sentirse seguros y respaldados por los que se suponen son los seres que más te quieren en el mundo!!!
Me jugaría el cuello y no lo perdería, a que los quiere con locura, pero el quehacer diario, creo que no le deja atenderles en lo afectivo como necesitan... (La he oído decir en alguna reunión, que sus hijos tienen comportamientos que a veces no sabe cómo tratar... creo que lo que nos pasó a nosotros se debe repetir a diario en su casa)
Criar a los niños es difícil, necesitan que les dediquemos tiempo y no siempre es un camino de rosas, pero el Afecto, el demostrarles en cualquier momento del día con un achuchón, que para nosotros son importantes, juega un papel primordial en la crianza de los hijos, nunca debe ser algo de lo que prescindir por las prisas que llevemos los mayores, un achuchón es solo un segundo y un montón de tiempo en la memoria del niño a largo plazo... ese simple gesto les hace sentirse queridos y seguros.
Al niño, se le ve a la legua... que eso es lo que le falta, que lo que quería era atención, aunque fuera para regañarle, (tristemente creo que es a la atención que está acostumbrado), que era lo que estaba buscando cuando empujaba al nene precioso...
Este es un tema profundo y peliagudo, no sabemos lo que esas personitas están pensando y hasta qué punto influímos en su personalidad y en su comportamiento, pero es que además repercute en su comportamiento con los demás!!!
Lo triste es que son pequeños todavía y esto puede ser una bola de nieve que vaya creciendo, y si no, al tiempo...
No sé, pero creo que esos padres deberían actuar ahora (no, no es pronto y sin tono alarmista, ni nada de eso), cambiando pequeñas actitudes con ellos en casa, prestándoles más atención (pero de la que necesitan) para que el problema, luego de más mayores, no se les vaya de las manos, porque algo tan insignificante como lo que pasó ayer, está dejando entrever que es la semilla de un problema afectivo que puede estar de fondo durante la vida de esos niños... y que debería cambiar por su bien y su felicidad (que en el fondo es lo que queremos todos los padres para nuestros hijos)...
Lo que no me gusta nada, es que al vivir en sociedad, sin quererlo, los padres y niños que educamos a nuestros hijos de otra forma (llámalo x), escuchando sus necesidades, (ya sabéis a qué me refiero) nos veamos salpicados por esos comportamientos, que subyacen en el tipo de educación recibida en casa...
Esto ha quedado un poco largo y no sé si he dejado plasmado bien el tema de fondo con el que nos encontramos en cuanto a la educación de los más pequeños... que no es fácil, como ya sabemos, pero no quería dejar de contar todo lo que pienso...